La temporada invernal es el momento ideal para disfrutar una copa de vino. Pero no de cualquier vino: el vino caliente, o vin brulé, es la elección clásica para afrontar el frío. En todo el norte de Europa, esta bebida aromática y especiada es un elemento imprescindible de los mercados navideños y de los encuentros sociales, donde las personas conversan mientras calientan las manos alrededor de una taza humeante en el aire helado.
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¿Qué es el vino caliente (vin brulé)?
El término brulé se refiere al proceso de calentar, endulzar y aromatizar una bebida como vino o sidra con especias [1]. Tradicionalmente se obtiene dejando hervir suavemente vino tinto junto con especias cálidas, rodajas de naranja, brandy y miel, hasta lograr un conjunto aromático bien equilibrado.
Esta práctica se remonta a la época romana, cuando el vino especiado se consumía para afrontar el frío invernal [2]. En Europa existen numerosas variantes regionales que reflejan diferentes preferencias aromáticas:
- En Alemania, el Glühwein incluye generalmente canela, clavo y cítricos.
- En los países nórdicos, el Glögg suele contener almendras, pasas y aguardientes.
- En el Reino Unido, el mulled wine inglés se caracteriza por el clavo y la piel de naranja.
Composición y características
El vino caliente se prepara habitualmente con vinos tintos secos y afrutados, como Merlot, Zinfandel, Garnacha o Shiraz, variedades con suficiente estructura e intensidad aromática para equilibrar las especias y las notas cítricas más marcadas [3].
Uno de los parámetros más importantes que influyen en el perfil sensorial es la graduación alcohólica. Según la receta y el método de preparación, las versiones comerciales pueden variar entre 8-10 % vol., mientras que las recetas tradicionales o caseras suelen situarse entre 10-13 % vol.
Como el vino se calienta, es natural que parte del etanol se evapore. Por ello, controlar el tiempo de calentamiento es fundamental para lograr el equilibrio alcohólico deseado. Un seguimiento preciso de la graduación alcohólica garantiza coherencia del producto y cumplimiento del etiquetado.
Asimismo, las versiones sin alcohol son cada vez más comunes: se elaboran a partir de zumo de uva o vino desalcoholado y se aromatizan con las mismas especias, cítricos y edulcorantes, ofreciendo un sabor cálido y envolvente sin etanol.
Una matriz analítica compleja
La complejidad del vino caliente va mucho más allá de su contenido alcohólico. Los antocianos contribuyen al color, los flavonoles influyen en el tono y los flavan-3-oles aportan un ligero amargor. Los taninos añaden astringencia, mientras que los ingredientes cítricos introducen ácidos orgánicos como cítrico, ascórbico y málico, todos ellos componentes que moldean el perfil sensorial final [4].
La bebida también contiene cantidades significativas de sacarosa, que refuerza la dulzura y la suavidad en boca.
Esta matriz química compleja, compuesta por azúcares, ácidos, antioxidantes, colorantes y especias, puede interferir con los métodos analíticos tradicionales utilizados para la determinación del etanol. Por ello, la precisión y la mínima manipulación de la muestra son fundamentales para obtener resultados fiables.
Determinación precisa de la Graduación Alcohólica con CDR WineLab®
Con CDR WineLab® es posible determinar el etanol directamente a partir de un pequeño volumen de muestra, sin necesidad de destilación ni preparaciones complejas. El método enzimático ofrece:
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Esto convierte a CDR WineLab® en una solución ideal para bodegas, laboratorios de investigación y productores de vinos especiados o sometidos a calentamiento que requieren un análisis alcohólico rápido, preciso y fácil de utilizar.
Tanto si se trata de un vino servido frío como de un vino caliente espaciado y aromático, CDR WineLab® garantiza resultados fiables, independientemente del aroma, la temperatura o las características de la bebida.
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Conclusiones
Las dificultades asociadas a la determinación del etanol en el vino caliente demuestran claramente cómo la complejidad de esta matriz puede influir en los flujos de trabajo analíticos tradicionales.
La aplicación de un método enzimático fotométrico implementado en CDR WineLab®, validado frente a las técnicas de destilación de referencia, permite obtener resultados precisos y reproducibles en tiempos significativamente reducidos.
Este enfoque favorece un control de calidad más eficiente y permite a productores y laboratorios gestionar incluso los productos más complejos con mayor seguridad analítica y continuidad operativa.
Referencias
[1] Merriam–Webster. “Mull – Definition and Meaning.”
Disponibile en: https://www.merriam-webster.com/dictionary/mull
[2] Wine Spectator. “Ethanol Loss During Heating.” 2023.
Disponibile en: https://www.winespectator.com/articles/how-much-alcohol-in-mulled-wine-55825
[3] Casa Loce. “Is Mulled Wine Alcoholic or Non Alcoholic? Understanding Mulled Wine Alcohol Content, How It’s Made, and What to Expect From Every Sip.”
Disponibile en: https://casaloce.com/pages/is-mulled-wine-alcoholic-or-non-alcoholic-mulled-wine-alcohol-content
[4] Compound Interest. “The Chemistry of Mulled Wine.” 2014.
Disponibile en: https://www.compoundchem.com/2014/12/16/mulledwine/
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